viernes, 26 de agosto de 2011

Alto Tajo día 1: El castillo de los siete condes.

Dicen el Kike y el Peña de repetir la excursioncilla alforjera del año pasado. Venga va.  Se proponen opciones como Cazorla, Albarracín, Javalambre,.... pero qué cojones, si se repite, se repite del todo. ¡¡Al Alto Tajo otra vez!!

Así que salimos un año más de Sacedón. Esta vez en la fregoneta nueva de Peña. Tan nuevecita la pobre y ya acarreando bicis. Yo me duermo camino de Beteta que es donde vamos a hacer la primera ruta.

Vamos de paseo, pi, pi, pi, en un coche nuevo,...

Como llegamos ya tarde hoy no va a ser largo el recorrido. Enseguida empezamos subiendo a un páramo desde donde se ve la laguna de El Tobar. Vaya bañito nos dimos el años pasado!!!! Pero este año no hay tiempo para baños porque hay mucho que visitar.

Primer punto de interés turístico del día: la cueva de.... (nombre tenía pero no me acuerdo) El caso es que los letrerillos de la zona indican una cueva. Encontrarla ya es otra cosa. Nos ponemos a buscarla y a lo tonto nos pegamos un buen paseo por los riscos de la zona. Cueva, cueva no vemos, pero se ven unas vistas de la Hoz de Beteta impresionantes.


Después de hacer el cabra a pata por los riscos con las calas puestas (algún día nos vamos a hacer pupa) volvemos donde están las bicis y resulta que la cueva estaba allí mismo. Tocate los cojones.

Segundo punto de interés turístico del día: el castillo de los Siete Condes, que es un sitio que da mucho mucho mucho vértigo. Es un cortado de unos cuatrocientos mil metros (así a ojo) que cualquiera se arrima. Para llegar al lugar hay que bajar un sendero. Lo intentamos primeramente sobre las bicicletas pero después de unos cuantos arañazos con los arbustos del lugar, dejamos las bicis y otra vez a patita.


Después de andar un rato se llega al precipicio. La hostia tú. Como para echarse un baile. Pedazo de precipicio. Como no es cuestión de matarse nos tiramos al suelo y asomamos la cabeza. Al fondo fondo fondo fondísimo se ve el río. Y al fondo se van las gafas que me acababa de dejar Kike. Empiezo la excursión con deudas.


Con la emoción, nos ponemos a tirar piedras al barranco a ver qué tal. Los hombres somos así, si nos gusta un sitio le tiramos piedras. 

Camino de vuelta hay que acarrear las bicis por el sendero. Para terminar de dejarnos la piel con los matojos. Resulta que nos hemos entretenido tanto que se ha hecho de noche. Mal asunto. Pero es lo que tiene ir de ruta con Yusemi Peña McGiver. En un momento se pone a sacar aparatejos de la mochila y nos monta unos faros que ni el Toyota de Carlos Sainz.

Y así a oscuras, siguiendo al iluminado nos plantamos en Beteta de vuelta. Comemos algo y nos vamos prontito a dormir....

Que mira que había fiesta en el pueblo, y podíamos habernos puesto a beber algo, o habernos ido de farra, o habernos puesto a cantar en el karaoke, o habernos ido luego a un bar que estaba abierto hasta las tantas y que tenía futbolín... La de cosas que podíamos haber hecho, madre mía!!!!

Pero no. Nada de eso. A dormir prontito como buenos chicos.